viernes, 30 de septiembre de 2016

Cambiando el chip

Tras mi paso por la Isla Esmeralda y la Expotaku de Gijón, muchas cosas han cambiado en mi rutina, y todavía más están por hacerlo.

Ambas experiencias han sido de lo más instructivas, para bien y para mal; en ambas me lo he pasado maravillosamente, con gente a la que veo con muy poca frecuencia, y ambas me han ayudado a cambiar el chip, no mucho, pero al menos a romper el círculo vicioso en el que me encuentro desde hace dos años. Y quien dice romper... bueno, digamos que lo he cambiado por una espiral, pero por algo hay que empezar.

Por el momento, he decidido dejar de estar tan estresada. Para empezar, he retomado la lectura, un placer que tenía olvidado y relegado a una esquina cogiendo polvo y telarañas porque era incapaz de concentrarme en lo que intentaba leer. He comenzado con lecturas ligeras y sencillitas, pero oye, ya es meritorio el ser capaz de sentarme y conseguir distraerme durante una, dos o hasta tres horas seguidas sin que empiece a hiperventilar porque no estoy haciendo algo "de provecho". Algunos colegas han conseguido también sacarme de casa de vez en cuando para ni más ni menos que simplemente hacer maratones de películas y otras chorradas (vaya, otro día malgastado...). Además, he decidido dejar de aceptar pedidos durante un tiempo, terminar con calma los atrasados y prepararme antes de volver a las andadas.


La semana que viene, como plus, comenzaré un curso tras el que estuve 3 años sin éxito, ya que las plazas se asignaban por sorteo, hasta que han tenido a bien considerar la opción de realizar prueba de ingreso, lo que me coló directamente como tercera de mi clase. Es un curso de artesanía en cuero, que me tendrá ocupada 2 años (+1 de especialización opcional, que obviamente intentaré realizar), y que ampliará mi ámbito de trabajo en el rol en vivo, de solamente réplicas de armas a complementos y piezas de armadura.

Y una vez más, haciendo gala de mis feas costumbres de no saber decir no y dejarme liar para todo, he acabado encabezando un proyecto que en cierto modo cambiará también mi rutina. En mi empeño por conseguir que algunos colegas asistan a Versum 2017, el tema me ha explotado en la cara, y como todas las víctimas con las que hablé son casi tan pobres como yo, vamos a comenzar un pequeño proyecto de autofinanciación pendiente de perfilar, pero que incluirá tener algún minion a mi disposición para realizar trabajos, lo que espero que reduzca mi carga de trabajo y mejore los plazos de entrega de los pedidos, solucionando gran parte de mis preocupaciones actuales.


La desembocadura a toda esta nueva situación era inevitable, no podía seguir ignorando los problemas de salud, tanto física como psicológica, que me estaban provocando, y si no sale bien... Bueno, será sólo otra muesca en mi cinturón de fracasos. Pero el mayor fracaso de todos es rendirte sin haberlo intentado siquiera, así que avanti con todo...